domingo, 14 de enero de 2018

Julia

Siempre nos han gustado los después. Los ratitos de después. Esos que importan más cuando van a llegar que cuando llegan. Ese miedo sin frialdad en busca de una ilusión que soñaste por tanto camino de ida y vuelta. Siempre son las palabras que dices después del beso. La cantidad de abrazos después del vendaval de ropa desordenada por el suelo. Son el desayuno de una buena noche de sexo. La luna de un buen día de verano.

Son todos los "es que" y todos los "a ver que me dices después" de todas esas veces que echamos toda la carne al asador. Apostando la soledad a cambio de vida. Cambiando nada por todo. A ver que me dices después de todo estos escritos marcados con tinta que no se borra. A ver que me dices después de cuando dejemos de insistir. Y a ver que me dices después cuando ya me haya hecho a otro cuerpo, a otros labios, a otra mujer.

A ver qué me dices después del 'no'. Después del quizás. A ver qué me dices después de haberte bien leído tu nombre en el titulito del texto y a ver si tienes valor o alma de mujer para fijarte en que ni tú ni yo íbamos buscándonos al uso, que ni tú ni yo, íbamos hoy, a escribirnos, a leernos, a fijarnos. Y fíjate donde estamos.

A ver qué me dices después, cuando ya no queden ni palabras. A ver que me dices después, cuando ya no haya posibilidad de réplica. Cuando tus labios rojos ya no sean tan rojos, y cuando tus ojos se apoderen de mil arrugas que prometía querer. A ver qué me dices cuando ya no enamores, cuando ya no te quieran, y vayas en busca de amor del malo, a drogarte con alguna relación de plástico que te venda al mejor postor, con fecha de caducidad al dorso.

Porque pudiera ser que nunca te regalé oídos, que nunca nos atrevimos a contarnos, a vernos. Pudiera ser que cuando tú no mirabas yo ya te quería y pudiera ser que ahora tus mejillas estuvieran llamándome la atención a gritos. Pudiera ser que vivieramos tan cerca como lo estamos, y a ver que me dice después cuando haya terminado Junio,

A ver qué me dices después cuando, por fin, hayas leído el tuyo,

Julia.

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