martes, 26 de diciembre de 2017

Nadie Se Molesta



A estas alturas del año yo ya no creo en el amor. Ni en el sentimiento si quiera. He perdido toda fe en los “te quiero”. Nos preocupa más la compañía que la compañera. Más el wifi que la palabra. Porque ya se ha devaluado el con quién. Porque ahora lo que importa es el dejarse querer, en detrimiento del vamos a querernos. Yo ya he dejado de creer en el “alguien para ti”. Ya no creo en el destino y muchísimo menos en el “todo llegará”.

¿Qué va a llegar? O mejor dicho ¿Quién va a llegar? Si todo se va. El año, las horas, la oportunidad. Que observando a las personas nos hemos dado cuenta que nadie se molesta. Absolutamente nadie. Nos hemos escudado tanto en el daño que ya no nos molestamos en dar el primer paso. A estas alturas del año quien manda es el orgullo. Mirando el físico como si fuéramos el adonis a conquistar. Protegiéndose en la genética que un día, tarde o temprano, las cremas no te lo van a solucionar.  

Toda la sociedad escudada en el “ven tú”. En el “halágame mientras tanto”. Nos han puesto tanto los cuernos que ya cualquiera es culpable de tanto fallo. Que a día de hoy quien se lanza, que sepa, que va en busca de un corazón herido. Que se sepa, que quien se lance, va de cabeza a estallarse contra una pared llamada desconfianza.

Porque ahora nadie se molesta. Absolutamente nadie. Nadie ya, se deja querer. Ni nadie mira más allá de su ombligo. Ya nadie se molesta en dedicar tiempo a otro. Ni nadie da algo a cambio de nada. Se ha perdido el altruísmo de las relaciones. Y ya todo el mundo sospecha de que si viene es porque algo quiere.

Ya nadie hace el amor. Ni lo considera importante. Vivimos en una sociedad del yo. Porque yo, porque yo y porque yo. Y ahí estamos, algunos escribiéndole a folios bien en blanco, otras leyendo por desamor. Ahí vamos regalando palabras que ya no llenan porque hubo otro tiempo donde nos las vendieron como definitivas. Y sin embargo no fueron. Que por culpa de ese que ya no está, andamos dudando hasta de nuestro corazón. Negando cualquier sentimiento de quizás. Cualquier pellizquito de ése era.

Ya nadie se molesta. En un mensaje, en unas cervezas, en un “vamos a intentarlo”. Todo bajo un “si no lo haces tú, yo ni me voy a molestar”. Que es el nuevo mensaje viral del año. La nueva moda del me quiero demasiado.

Y jode. Molesta y mucho. Molesta que aunque se lea, nadie se moleste en escribirse. Menos mal que alguien viene y te dice que te quiere. Menos mal que hay un cualquiera que le da a tus ojos lo que tu boca no dice. Se lo dedico a tu lunar,

Firmado, uno que se molesta.

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