martes, 8 de agosto de 2017

Una cobarde que lee

Me he dado cuenta que lo importante no es el fondo. Que ya no se valora el contenido. Ya no cuenta lo que se deja por escrito. No vale lo que se promete, por malversación y abuso del verbo. Que lo hemos denigrado hasta el sustativo de mentira. Ahora lo que vende es el envoltorio. Contra más haya que desenvolver mejor. Se lleva el querer a colores. El amor full HD. Con un buen filtro de instagram. Ahora mola molar. Que se vea más que que se viva.

Lo mejor siempre está por llegar. Que es la frase tóxica de las relaciones que tienden a acabar. Me gustas, me quieres, cincuenta comentarios y a fardar. Amor de ventana, más que de hogar. Hemos perdido el fondo tanto que ya ni nos vamos a molestar a volverlo a buscar. Y así nos va.

Ya no se hace bonito. No se escribe bonito. No se juega con la curiosidad. Que ya da igual cualquier cama. Cualquier lunar. No se mira a los ojos ni se folla de verdad. Nos vale cualquier cuerpecito de plástico con mil followers más. Desayunamos decepciones que luego se publican en cualquier red social. Es el baile de los 'me encanta', que se han despersonificado como cualquier frase más. Ya los te quieros no tienen valor. Se ha desvirtualizado el amor. No se hace amor de sofá.

Las formas han cambiado. Ya no se enamora. Ni se encandila. Ni te imaginas la de 'likes' que equivaldría cualquier cartita escrita a mano a tu buzón. Y es que ya no se deja nada por escrito, por la sencilla razón de que nos hemos acostumbrado a dejarnos como leídos. Que aunque se diga así, a veces ni nos leemos.Y como siempre la culpa al tiempo. Que ya para todo hay prisa. Hasta para querer hay que pedir la vez. 

Se han perdido las formas y el fondo. Y se hace oídos sordos a cualquier forma de amor antaño. Porque ya no se quiere querer. Nos hemos acobardado de cualquier muestra de aprecio sincera. Nos hemos acostumbrado tanto a la mentira que la verdad es ahora, la que nos da miedo. Tú ya no quieres que te quieran, tú lo que quieres es que te abracen. Sin condicionamientos.

Vengo a decirnos que nos queremos muy mal. Que nos dejamos enamorar aún peor. Y me gustaría que quedase por escrito:

Que me has dejado como leído.

Como yo quería,

Muy leído.

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