jueves, 11 de agosto de 2016

Esperanza

No es por como suena, es como se deja esperar. No es como se toca, sino como se desea. No es por lo que promete sino más bien por lo que nunca se va a comprometer. La idea de rozarla más que la de poseer. Porque no es de nadie. Es, sólo y exclusivamente, de ella.

Enamora, y no por lo que dice sino por lo que calla. No es por lo que se le conoce sino por todo lo que se le queda por descubrir. No es amor, es pasión. No mide los te quiero, ni los devuelve de forma automática. Si se quiere, se busca, si se le espera viene.

No tiene vergüenza, pero es que tampoco se le pide como requisito para que aparezca aquí y empezamos a comernos los miedos unos tras otros para cubrir los cuerpos que han dejado las sábanas, ya esparcidas por el suelo, de tapar.

Se desea, y no por como se llama sino como se deja escuchar. Que en todas las anteriores fuimos buscándola con miedo a que nos dieran de luces, pero ella no, ella por cada palabra que escribe, que habla, esperanza un poquito más.


Nos gusta su presencia, como se arregla, como se adorna. No porque lo necesite sino porque siempre nos gusta decorarla un poquito más. Nunca he tenido un cara a cara con ella, pero desde luego, si la tuviera, no haría otra cosa más que besarla.

Así podría decir que he estado con ella, que he compartido algo más que miradas. algo más que palabras. Que la he besado porque quería esperanza, de la de verdad.



sábado, 6 de agosto de 2016

Me encanta cuando apareces

Me encanta cuando apareces. No en sueños, sino aquí, ahora. Cuando, lo mismo es cosa mía pero, es como si empezáramos a tontear como si tuviéramos diecisiete años. Ese amor joven que nunca debimos perder. Sí, ahí estamos, sin estar, pero aparecidos.

Me encanta cuando apareces, en cualquier foto, en cualquier red social, en cualquier habitación. Rodeada de tu sonrisa, de tus labios, de tus ojos. Me encanta observarte desde otro lugar, desde otra idea. Así sin hacernos daños, sin prometernos nada. La mejor manera que tenemos de no rompernos jamás.

Me encanta cuando te vas, porque es señal de que hace nada estuviste cerca. Cuando vienes, porque es la mejor manera de demostrar que se está muchísimo mejor cuanto menor sea nuestra buscada distancia. 

Me encanta cuando apareces flojito, Sin asustar, como quien no quiere la cosa, dejarse ahí una esencia lo justa para encandilar. Para preguntarnos si estamos tan equivocados como lejos. Me gusta cuando todo se deja para un después, lo suficientemente cerca como para que parezca ansiado.

Me gusta cuando terminas de leer el texto. Y no te haces dueña de lo que acaba de ser escrito. Te preguntas que seguramente no iba por ti. Pero te encantaría la idea. No por quién escribe, que a fin de cuentas es un servidor, sino más bien, por quién te sueña, que nunca se han definido como el mismo,

viernes, 5 de agosto de 2016

Quiero Volver Conmigo

No para ser el que era. Sino para ser el que nunca fui. No quiero volver conmigo para encontrarme allí donde nos perdimos, sino para empezar donde nos habíamos encontrado. No quiero volver a enamorarme, solamente quiero querernos un poco más. Así de egoísta, así de amor propio. Con mayúscula y tilde en la a.

Hoy quiero volver conmigo. Acostarme una y otra vez con los sueños que
dejamos volar. Quiero caminar senderos pero no para que suene bonito ni quede escrito sino para vivirlos de una maldita vez ya. Y no, no quiero volver a enfadarme por todas esas cosas que nunca nos dijimos. Quiero ponerle paz a esta guerra. Y guerrear tanta maldita paz.

Quiero volver al punto de intersección donde cada uno pilló una recta distinta. No para llegar hasta aquí sino para dirigirnos juntos hacia un mismo lugar. No agarraditos de la mano sino poniéndonos tontamente a parir pero con la conciencia tranquila de que si alguno se cae, el otro estará ahí para amortiguar.

Quiero volver conmigo, a buscar otro yo que me guste tanto en el espejo como en el alma. A cumplir metas muy solo pero muy bien acompañado. Quiero volver a hacer las cosas sin pedir permiso. Sin que me pregunten por qué. Sin tener que dar explicaciones. 

Quiero besar sin compromiso de permanencia. Que todo sea a base de corazonadas y no a sorbos de demostración. No quiero más palabrería de plástico, de dulces con azúcar glass.

Quiero volver a escribir sin explicar cada texto, cada frase. Ser libre de todo lo que me venga en gana. Y todo eso lo quiero hacer conmigo. Y que se una quien quiera amar 'junto a', enamorarse 'cada día', dejarse llevar.

Porque al final todo consiste en querer volver. Sin preguntarse si quiera, que a lo mejor, empezar, se ha empezado ya.